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Ruta día 19 de Mayo. Vía Verde del Guadiana.-

Tras el desayuno en El granado, algún aguacero y pelea con las coberturas (pues las compañías telefónicas portuguesas se empeñaron en participar de nuestros celulares), dejamos un vehículo en La Isabel final de nuestra ruta como coche lanzadera y llevamos el resto a dicha pedanía desde donde partimos.

El inicio de la ruta no pudo comenzar mejor, con estas vistas empezamos a caminar.

Iniciamos nuestra ruta, en el Puerto de la Laja, una pedanía que dejó de ser pueblo minero a finales del siglo pasado( uff suena a muchos años y la realidad que fué en los 90).

Nuestra ruta es una vía verde, un trayecto donde un día dejó de transitar el ferrocarril, en este caso motivado por la insostenibilidad del precio del cobre. Esta vía unía los puntos de extracción y comunicación minera, desde las explotaciones hasta el muelle de carga del Puerto de La Laja, en el mismo río Guadiana, frontera natural, además, con la vecina Portugal.

La actividad minera fue intensa en la zona durante los siglos XIX y XX. En las últimas décadas, el cambio de paradigma económica llevó a un receso del que jamás se ha podido recuperar. En cambio, lo que sí se ha recuperado, y protegido, son las trincheras, los túneles, el legado minero, en fin, que caracterizó la región durante siglos.

La Vía Verde traza una senda de 17 km de un punto a otro, dejando a los márgenes la Sierra del Granado, la Cumbre de la Atalaya y los Paredones de Juan Sierra.

Nuestra ruta, tuvo momentos contemplativos

No faltaron momentos que inmortalizar con las cámaras

El tiempo pese a que se auguraba lluvia y temperaturas bajas, "se comportó", dejó de llover al iniciarla y permitió que en el horario que hicimos la ruta el cielo estuviera un poco encapotado y permitiera que la calor no hiciera de las suyas.

Aún quedan restos de lo que un día fué un largo camino de traviesas, vías y tornillos. Este ejemplo nos muestra lo que el hombre es capaz de hacer.... y deshacer.

El grupo crecía, Emilio y "trupe", coincidían en la mitad del sendero, un contratiempo con su vehículo hizo que se demoraran y empezamos sin ellos, pero en unos kilómetros coincidimos.

Como en ocasiones anteriores, en la parada para el avituallamiento, las amistades se pierden, las cámaras se quedan guardadas, aquí ya estábamos recogiendo y no hay fé del despliegue culinario que el personal llevaba.

Una instantánea antes de la segunda parte